Son infecciones agudas o crónicas de la piel o mucosas, causadas por un hogo unicelular llamado Cándida (también llamados levaduras). La especie más significativa es Cándida albicans por ser un comensal de las mucosas humanas, sobre todo mucosa oral, digestiva y genital.
CAUSAS Y SINTOMAS
La candidiasis afecta normalmente las zonas húmedas y cálidas de la piel y las mucosas, como las axilas, la boca, uñas, el glande y la vagina; las erupciones cutáneas asociadas con el uso de pañales suelen ser de este tipo. Representa un 25% de las micosis cutáneas. Hay múltiples factores predisponentes a la infección candidiásica: unos dependen del huésped y otros de las condiciones ambientales. Los antibióticos, los anticonceptivos orales, una dieta pobre en nutrientes, pueden ayudar a multiplicar este hongo en el cuerpo humano.
Los síntomas de la candidiasis varían dependiendo de la localización. La mayoría de las infecciones por cándida son tratables y resultan en mínimas complicaciones tales como enrojecimiento, picazón y malestar, aunque las complicaciones podrían ser severas o fatales si no se tratan a tiempo.
DIAGNOSTICO Y TRATAMIENTO
El diagnóstico es fundamentalmente clínico aunque en ocasiones es necesario apoyarse en un examen directo de las escamas o en un cultivo micológico.
Según la extensión de la infección por cándida y el estado general del paciente se decide un tratamiento tópico o sistémico. En el ámbito clínico, la candidiasis es comúnmente tratada con antimicóticos como: clotrimazol tópico, nistatina tópica y ketoconazol tópico. Los tratamientos sistémicos más frecuentemente empleados son itraconazol o fluconazol. El pronóstico es bueno siendo curativo tanto los tratamientos tópicos como sistémicos.
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